lunes, 23 de agosto de 2010

VIRGEN BLANCA, VIRGEN MORENA


Existen, en la historia de la humanidad, maneras distintas y únicas de hacer llegar un mensaje o una idea. El mejor ejemplo que me viene a la cabeza, es el de la Iglesia Católica. La tarea de convicción, de crear y mantener la fe, de ganar adeptos a través de elaborados discursos y de supuestos milagros, fue una labor de siglos, que involucró el sacrificio de incontables vidas humanas bajo la mirada perseverante de quienes sustentaban y predicaban la palabra de Dios. Cuando un verdadero creyente que practica incesantemente el llamado dogma de fe, visita Roma, por ejemplo, la ciudad rebosa, a sus ojos, de tesoros cristianos de valor incalculable, sin contar obviamente, aquéllos legados por los antiguos emperadores romanos: la serie de reliquias que recogió Santa Helena en su viaje a Jerusalén en el siglo IV d.C. De ser cierto que el pedazo de madera resguardado por la iglesia de San Juan de Jerusalén es parte auténtica de la cruz de Cristo, sería un hecho verdaderamente sorprendente. Disculpen entonces, el escepticismo de ésta autora. El hecho de haber encontrado las auténticas reliquias ( cruz de Cristo, la mesa de la última cena y parte de la escalera que perteneció a la casa de Cristo), 300 años después de su crucifixión, me resulta un tanto difícil de creer, y aún más, conociendo la opinión que tenían entonces y siguen teniendo, los judíos sobre Jesucristo. Para aquellos que no lo saben, los judíos no creen en Jesucristo y siguen esperando al Salvador de su pueblo. ¿Porqué habrían de guardar los restos terrenales de un hombre que pretendía ser lo que para ellos no fue?

Pues bien, en éstas andanzas por tierras castizas, recién he descubierto que el marketing eclesiástico, no se limita sólo a las reliquias de Santa Helena en Roma. Sí, nosotros, mexicanos de hueso colorado, hemos sucumbido también ante la irresistible historia que, a pesar de las inconveniencias vividas por aquéllos que se atrevieron a evangelizar a ésta tierra, logró hacer de nuestro pueblo, un fiel creyente del catolicismo (y activo fijo del Vaticano, me atrevería a afirmar).

Todos hemos conocido, tarde o temprano, la historia de nuestra mexicanísima virgen de Guadalupe y el indio Juan Diego. La virgen morena, que se le apareció a San Juan Diego en el cerro del Tepeyac y que le pidió hablar con el arzobispo para erigir ahí un templo para su culto. El círculo se completa cuando en el ayate de Juan Diego, lleno de rosas, aparece impresa la imagen de Guadalupe ante la mirada atónita del arzobispo de México, Juan de Zumárraga.

Pues bien, la virgen de Guadalupe, ni es la única, ni es la primera. La original virgen de Guadalupe, es la patrona de Extremadura. Según una antigua leyenda, ésta virgen se le apareció a un pastor a orillas del Río Guadalupe, de ahí el nombre de la virgen. La fecha de la aparición de ésta virgen es tan antigua, que no existen registros. Se sabe que en el año 714, la imagen de la virgen fue escondida debido al acecho de invasores musulmanes. Posteriormente, en el siglo XIV, la imagen fue restituida a un monasterio de Jerónimos, y que más tarde, pasó a manos de Franciscanos.

La Virgen de Guadalupe Extremeña, es considerada, además, patrona de la evangelización del "nuevo mundo" (*), ya que, al parecer, Colón recibe, en el monasterio de Guadalupe, el decreto real por el cual se le permite emprender el viaje del descubrimiento. Es sabido, además, que la mayoría de los evangelizadores del llamado "nuevo mundo", eran originarios de Extremadura.

Por supuesto que para los españoles, la historia de nuestra virgen de Guadalupe no es algo nunca antes oído. Ambas historias son similares, y la más reciente, por lógica, parte de la más antigua. Inclusive, la imagen de una virgen de aspecto indígena, como es el caso de la virgen mexicana, tampoco es novedad. La virgen extremeña, es negra, como podrán apreciar en la foto que adjunto.

Me pregunto, al ser la mayoría de los evangelizadores del nuevo mundo, extremeños, ¿podríamos nosotros, mexicanos, hacer una pausa en nuestra desenfrenada y ciega fe, y reflexionar sobre el origen de las ideas de antaño inculcadas? ¿Podría ser entonces, que al ser ambas historias tan parecidas, pudieran ser una sola?


¿Hecho histórico o de nuevo, dogma de fe?


(*) "nuevo mundo" entre comillas porque para los europeos fuimos el nuevo mundo. Nosotros ya sabíamos que estábamos aquí.

lunes, 8 de febrero de 2010

Llega un momento, yo creo, en un viaje tan largo, en el que buscas un elemento de identificación con la cultura local, y en ese momento, sorprendentemente, lo encuentras. Pareciera que llevo toda una vida viviendo en Madrid. Me indigna que no hayan encontrado el cadáver de Martha del Castillo, los sueldos de los controladores aéreos de Aena, y, sin ninguna ambición de partidismo político, que la jubilación la quieran atrasar unos años, que haya subido el costo de la electricidad y que éste mes hayan 4 millones de parados o gente sin empleo. Sé que un café que me cueste 4 euros es la tomada de pelo de turista más grande que hay y que los bocadillos de calamar más baratos son los de Plaza Mayor. Que las tarjetas telefónicas que te venden en el aeropuerto por 10 euros son un asalto a mano armada, cuando hay locutorios en los que podría hablar a México por muchísimo menos dinero y muchísimo más tiempo. Sé que podría llegar caminando a prácticamente cualquier punto de interés turístico desde mi casa, y que nunca en mi vida había caminado tanto, y desde que lo hago, nunca más me volvió a dar gastritis. Se que los supermercados no abren los domingos, algunos sólo lo hacen el primer domingo de cada mes, y que los chinos e hindúes nunca cierran y de éso hacen su agosto. Y que te venden lo mismo que los supermercados al doble de su precio normal, pero pagas por la urgencia. Que me han tentado una que otra vez los escaparates de ropa de los metros de Bilbao, Plaza de Castilla y Avenida de América para comprarme ropa. Que un panqué es un bizcocho, que una dona es un donut, que un pastel es una tarta y que un popote es una pajilla.


Me cae bien Nadal y cuando dan el clásico Madrid - Barcelona, albergo siempre la esperanza de que gane el Madrid. Que Pozuelo de Alarcón y Majadahonda es donde vive la gente pija o nice, pero que nadie se resiste a las rebajas de Enero, y hay quien se espera hasta las de Febrero que son los precios más bajos que verás en unos meses, hasta las rebajas de Otoño.


El Corte Inglés es la panacea y no sólo es una tienda departamental, es agencia de viajes, librería, supermercado y empresa de informática.


A todos los madrileños, tanto como a nosotros, les sorprende ver nieve en Madrid, y todo el mundo tiene al menos en casa al menos un artículo de Ikea, como toda mujer tiene al menos una prenda de Grupo Inditex.


Todo el mundo sabe que la línea de metro más rápida es la 10 y la más lenta, es la circular, la 6, y en la explanada de Lavapiés, ha tratado de buscar alguna de las cámaras escondidas que vigilan a los traficantes de drogas.

Cada día, cada hora que pasa, poco a poco, crece un sentimiento de arraigo. No lo puedo evitar, sea cual sea mi destino, a donde quiera que vaya en el futuro, Madrid será siempre ése lugar, ése espacio de tiempo, que permanecerá como un punto donde iniciaron tantas historias, y donde murieron muchas otras... ¿Cómo no encariñarse con un lapso de vida así?.